- ¿A dónde me llevas? - Preguntó ella con la voz tenebrosa.
- Solo quiero enseñarte algo, vén, siéntate.
- No debo estar aquí, déjame salir de tu cabeza, aqui dentro, todo está desordenado, frío y tétrico, porqué iva a querer sentarme a escucharte?
- No tengas miedo, necesito que prestes atención y te relajes, imagina que tan solo se tratase de una mente cualquiera.
-Está bien.
"here"
- Lo cierto es que hay que aprender a convivir con una mente así. Es vital aceptar la compañía de uno mismo y poder vivir en paz con la conciencia propia. Como dijo el poeta Bécquer; “la soledad es el imperio de la conciencia”.
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